La estadía en la isla fue excelente. Mucha gente recorriéndola, interiorizándose de su rica historia, la cual se puede palpar apenas uno desembarca. La noche del viernes se hizo el acto en el Cuerpo de Grumetes, donde se entregaron menciones, premios y se proyectaron videos de algunas travesías. Al finalizar el acto, partimos para la cantina a tomar y comer algo, y después a descansar.
Ya estábamos pensando en el regreso. El sábado por la mañana bien temprano, desayunamos, desarmamos todo y lo llevamos hasta el muelle. Cargamos los kayaks hasta el mismo y nos preparamos para la salida.
Había un fuerte viento que provocaba buen oleaje, por lo que decidimos esperar hasta el mediodía, ya que los pronósticos vaticinaban un ostensible descenso de su intensidad. Cumplido lo pronosticado, dimos parte de nuestra partida y derrotero a Prefectura Naval y salimos. Cruzamos el canal Buenos Aires junto al RKG y otro grupo de Rosario, y así navegamos, con un clima ideal por el Petrel, los bajos, hasta el Miní. Paramos para acomodar algunas cosas y seguimos sin escala hasta el parador Toledo en Miní y Chaná.
Ese era el lugar elegido para pasar la noche del sábado. Nuevamente acampe, unos mates, una picadita, como previa de la cena.
El parador es un lugar muy pintoresco que tiene 110 años. Allí mientras esperábamos la cena hicimos unos partidos de pool, metegol y ping pong. A posteriori llegaron unos fideos a la bolognesa muy buenos, el postre y un truco de sobremesa......ya estábamos en la madrugada del domingo, así que, a descansar porque nos esperaba otro día de remo.
El domingo amaneció con un sol radiante y calmo. Desayunamos en el parador, desarmamos el campamento y seguimos viaje. Subimos el Paraná Miní hasta el Paycarabicito, un arroyo muy pintoresco y tranquilo. Por el mismo llegamos hasta el Paycarabí, donde a poco de ingresar en el mismo, paramos a almorzar en un rancho abandonado, al parecer desde hace mucho tiempo.
Una vez que repusimos energías, seguimos hasta canal 5 donde encontramos varios kayaks que venían de MG haciendo otro derrotero.
LLegamos al río Carabelas y éste nos llevaría al Paraná de Las Palmas. Estábamos terminando la travesía en una tarde soñada, con los colores y los armoas que sólo nos puede entregar la naturaleza.
Al llegar a Las Palmas, lo remontamos hasta el club de Escobar donde finalizó el derrotero y cerramos la travevía. Como de costumbre reinó el compañerismo y la buena onda, y la pasamos muy bien.
MG 2011 se convirte en un imborrable y hermoso recuerdo, lleno de anécdotas. Ya estamos pensando en la próxima.
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