lunes, 19 de septiembre de 2011

Travesía de los tres ríos: Paraguay, Bermejo y Paraná


Nota realizada y publicada por el semanario El Tiempo de la ciudad de Pergamino, de donde fue extraída esta entrada, y a quien pertenecen los derechos de autor: eltiemposemanario.com.ar

EN CHACO

Hintze vivió una gran experiencia

En representación del Club Náutico Pergamino estuvo presente en una travesía en Chaco, donde navegó durante 15 días y recorrió 610 kilómetros. El objetivo es mantener el medio ambiente en aquella zona.

Santiago Hintze es un pergaminense amante de los depor­tes náuticos y de las travesías en bote. En esta oportunidad, representando al Club Náutico Pergamino, estuvo presente en una aventura muy especial que se lleva a cabo todos los años y que tiene como objetivo fundamental defender el medio ambiente.
Santiago dialogó con EL TIEM­PO en las renovadas instala­ciones del Náutico y contó, muy emocionado, todo lo que vivió durante los 15 días: “Fui en representación del Náutico Pergamino. Invitado por el club Yapú Yapé, de Resitencia, Chaco, a formar parte del equipo de ellos en una travesía para defender el medio ambiente de aquella zona. Esta travesía era para gente que ya había hecho ese tipo de prue­bas anteriormente. Yo he hecho Rosario-Victoria, travesías cortas en Pergamino, entonces comencé a entrenarme, me prepararé un bote, un 5-70 de travesía, para poder hacer los 15 días de tra­vesía, sin apoyo, sin nada, desde el Chaco Impenetrable hasta Resistencia. Son 610 kilómetros navegando en 15 días”.
Hintze, continuó relatando: “Organizamos una comida noc­turna y no en todos los lugares te permiten prender fuego, porque son reservas forestales, campos privados, lugares que dentro de muy poco lamentablemente se van a perder porque se van ha hacer tres compuertas, no solamente hidroeléctricas para juntar agua. Será para todas las industrias que se van a poner sobre el Río Bermejo. Es muy triste ver que todo eso se va a inundar. Uno va navegando y cuenta día por día lo que ve y hay cosas que solamente se verían en un zoológico o en este lugar”.

Día por día
“El día 27 salimos de Villa Bermejito, que es a orillas del Impenetrable, un lugar fabulo­so por su vegetación, la gente es muy amable, además se ven todo tipo de animales, tucanes, tapires, es algo increíble. Durante todo ese día navegamos hasta el Río Bermejo. Hemos visto todo tipo de embarcaciones, caseras, antiguas o no, todo tipo de ve­hículos. Es una zona de pesca y la gente vive de la pesca sobre el espejo de agua. Llegamos a Puer­to Bermejo y nos encontramos con los problemas que habían dejado las inundaciones que han destruido localidades completas, arrasadas, lo único que queda es un cementerio y está totalmente destruido. De ahí en adelante seguimos e hicimos distintas pa­radas en Puerto Bermejo, Puerto Vela, otros puertos chicos donde nos recibían los intendentes y la gente. Fuimos a todas las escuelas que hay sobre el río; los chicos estaban todos sorprendidos de como veníamos navegando en embarcaciones, algo que ellos ven una vez por año porque ese lugar no es navegable para nada, solamente se usa para pescar.
Luego llegamos a la desembo­cadura con el Río Paraguay y allí se ve claramente dos tonalidades de agua distinta. El agua marrón que baja del Bermejo, con la transparencia del Río Paraguay.
Es un espejo de agua fabuloso. Luego fuimos a Humaitá, donde hay una iglesia, que en otras épocas era una de las mejores de Sudamérica y fue destruida en la guerra de la Triple Alianza. La gente nos comentaba que una cañonera brasileña fue la que destruyó la iglesia porque se pensaba que allí había un polvorín. Siguiendo con la tra­vesía, nos quedamos en aguas paraguayas, fuimos muy bien recibidos por Prefectura y luego de aprovisionarnos nuevamente, partimos hacia la Isla de Cerrito, donde nos recibió el Intendente donde no contó toda la historia de la Guerra de la Triple Alianza.
Recorrimos toda la isla y luego de pasar la noche, al otro día partimos al club Yapú Yapé, que queda en Resistencia, Chaco. Allí recorrimos todo el brazo para salir al Paraná, y al frente nos quedaba el Paso de la Patria. Nos dirigimos hacia Corrientes y luego entramos en un canal privado que nos dejó en el Club donde los organizadores nos recibieron”.

Más vivencias
“Ellos son todos ecologistas, trabajan junto con el Rotary y quieren mantener el medio am­biente. La travesía tiene ese fin.
Son 15 días de camaradería y que la gente conozca lo que sucede allí y disfrutar además de toda esa naturaleza que hoy tenemos y que se puede perder.
“Navegamos durante 7 a 10 ho­ras por día, es decir que hacíamos recorridos de 40 a 80 kilómetros.
Durante la navegación te en­contrás con todo.
Arenas movedizas, lugares donde no se puede parar, bancos de arena donde el bote se queda encajado, lugares donde cruzan líneas de pesca de punta a punta, con anzuelos colgando y venís remando y te pasan los anzuelos por al lado.
“Esta es la travesía más compli­cada de Sudamérica, de acuerdo a lo que nos manifestó la organi­zación. No solamente por los 15 días, sino por los 610 kilómetros que recorrés.
“Fue una vivencia fabulosa. Agradezco a toda mi familia que me apoyó, al Club Náutico Perga­mino que durante la travesía me llamaban para darme fuerzas, al jefe de mi trabajo, a toda la gente que me apoyó y me dio mil ideas para hacer la travesía”.


sábado, 17 de septiembre de 2011

Rosario-Victoria 2011 Invernal

Un fin de semana a puro remo en la ya clásica invernal rumbo a Victoria. El clima se apiadó de los kayakistas y nos regaló tres días de placentero sol. La organización a cargo del RKG con la supervisión de Prefectura Naval.
El primer día desde muy temprano estábamos prestos a remontar el gran río. Durante todo el día nos acompañó un fuerte viento lateral, hasta el arribo a la boca del Bobo; entrada al hermoso Careaga y de allí en adelante, viento en popa. Con la retirada de la tarde se fué armando el campamento en la curva de Sugasti.
Noche entre amigos, con el tradicional fogón poniendo luz y calor al final de la primer etapa.El segundo día, previo desayuno, seguimos bajando el Careaga. Parada de almuerzo en "lo de Juancho", entre los patos, los perros, las gallinas y esa tranquilidad que impregna el lugar.
A las 3 de la tarde ya estábamos en los boquerones donde hicimos noche. El tercer día pusimos rumbo a la ciudad entrerriana; una etapa tranquila, remando en por el último tramo del Careaga, entrando en la laguna y culminando por los riachos que nos llevaron a Victoria en una flota compacta y numerosa.
A nuestro arribo, para nuestra alegría, nos esperaban más amigos del club que nos hicieron el aguante y nos dieron una inmensa ayuda con los traslados y las cargas.
En resumen: otro fin de semana inolvidable.
Ya estamos pensando en la próxima.