El Concejo de la ciudad de Victoria emprendió la lucha contra la siembra ilegal de oleaginosas que la firma chileno-holandesa Berna Agri BV montó en los terrenos ubicados en la isla Irupé, ubicada entre los arroyos Estevez, San Lorenzo y los Laureles, popularmente conocida como Las Cuatro Bocas. El cuerpo instó a la intendencia a tomar cartas en el asunto y pidió la intervención de la justicia para frenar el emprendimineto.
La ilegalidad que reviste la iniciativa reside en que la empresa construyó unos 20 kilómetros de terraplenes para cerrar y secar cursos de agua y lagunas, plantar y fumigar sobre 10 mil hectáreas, sin medir el impacto en el ecosistema. Todo esto sin pedir autorización a la Municipalidad de Victoria, que tiene jurisdicción sobre los terrenos.
Sin embargo, en un principio tomó intervención el área de Recursos Naturales de la provincia que, ni bien recibió las actas de constatación labradas por personal policial y municipal a mediados del año pasado, instó a la firma a detener las obras, sin resultado alguno.
Las autoridades sostienen que hay un vacío legal de normas provinciales...(esto demuestra un verdadero desinterés hasta por la vida misma). Un efeciente cuerpo normativo que regule el tema del medio ambiente debería ser política de Estado, funcionar como verdaderos dogmas y no estar sujetos a los vaivenes de la clase dirigente que muchas veces accede a "la toma de decisiones" sin cumplir con los requisitos mínimos del conocimiento.
Esto duele, provoca bronca y las consecuencias hay que esperalas, ya van a venir, porque si en un humedal como el delta del Paraná se desmonta, se hacen terraplenes, se cierran y secan cursos de agua, lagunas, se siembra, se fumiga y se le agregan agroquímicos con la toxicidad que declaran, bueno ya vamos a ver las consecuencias....
Ah, me olvidaba, en esas 10 mil hectáreas se les decretó la muerte a la flora y fauna.
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